viernes, 8 de marzo de 2013

Heroínas de la Independencia

Fue notable y heterogéneo el grupo de mujeres que tuvieron participación activa en el movimiento independentista. Buena parte de la historiografía tradicional registra su actuación como la de simples acompañantes de sus respectivos consortes en las faenas duras de la emancipación, pero lo cierto es que cada una mostró un brillo particular en ese sangriento momento de la Historia. de todos los sectores sociales y con diferentes niveles de compromiso estuvieron presentes desde el inicio del movimiento emancipador.
(Tomado de "Rostros y Personajes" de EL Nacional)

Josefa Joaquina Sanchez

Extraordinaria mujer nacida en La Guaira en 1765 esposa de José María España, conocida como "La bordadora de la primera bandera de Venezuela" sufrió carcel durante ocho años los realistas sospechaban que Jose Maria España estaba escondido en su casa y estas sospechas se hicieron evidentes cuando notaron que Josefa Joaquina estaba embarazada, en un interrogatorio le aseguraban que su esposo estaba en el pais, si no ¿como estaría en ese estado de gravidez? que confesara y arriesgando su honor exclamó ¿es que acaso en La Guaira solo Jose Maria España preña?..... finalmente fue confinada a Cumana donde muere en 1813,

 

Manuela Saenz

Nace en la ciudad de Quito, Ecuador el 25 de septiembre de 1797 fue internada en el convento de Santa Catalina donde aprendió a leer, escribir y rezar. Compartía charlas revolucionarias en sus ideas de emancipación, conoce a Simón Bolívar en su entrada triunfal el 16 de junio de 1822, desde ese momento se crea un vínculo afectivo entre los dos, el amor profesado a Bolivar hizo que se entregara con mas ímpetu a las luchas independentistas. Se volcó a las armas, a las disputas verbales, a la intriga política, y a los motines revolucionarios, tiempo despues comparte residencia con El Libertador. En 1828 provoca la huída de Bolivar por una ventana del palacio de gobierno al descubrir un atentado contra su vida por parte de Pedro Carujo. "La Libertadora del Libertador" como la llamó Bolívar muere el 23 de noviembre de 1856.

Consuelo Fernandez

Desafió públicamente al coronel realista que ocupaba La Victoria al negarse a sus cortejos, le interceptan una carta enviada a su hermano donde le anunciaba la pronta ocupación de aquella ciudad por José Tomas Boves para que lo advirtiera al general José Félix Rivas, por esta razón y el desprecio al coronel realista es condenada a muerte y fusilada a los 17 años.

 

Ana Maria Campos

Valerosa zuliana nacida en los puertos de Altagracia, desde muy joven casi niña colaboraba en la organización de los patriotas, luchó contra el último gobernador español Francisco Tomas Morales de quien predijo " ¡Si Morales no capitula, monda!" Por estas palabras fue detenida montada sobre un asno y azotada públicamente

Ana Maria Campos

Juana Ramirez

Nace en Chaguaramas hoy estado Guarico en 1790, hija de esclava manumisa de la familia Ramirez. En Maturín se alista en 1813 al movimiento "batería de las mujeres" organizado por Manuel Piar teniendo como objetivo apertrechar los cañones, curar los heridos y suplir de provisiones a la tropa. Ese mismo año ataca a Monteverde estando a la defensa de la república Bermudes, Monagas y Piar.
En la batalla de los altos godos, Juana de un gesto de euforia toma la espada de un oficial muerto y avanza delante de todos en medio de una lluvia de balas, desde entonces será llamada Juana Ramíres "la avanzadora" por Manuel Piar.
Tras la caída de Maturin en manos de los realistas abandona la ciudad y regresa luego de recuperada por las tropas patriotas, fallece a los 66 años y el 24 de junio de 1975 se erige un monumento sobre su tumba.

 

Concepción Mariño

Concepción Mariño pertenece a ese grupo de heroínas venezolanas tales como Eulalia Ramos Sánchez de Chamberlain, Josefa Camejo, y Luisa Cáceres de Arismendi; las cuales tuvieron una importante participación en nuestra gesta de emancipación. Si deseas mayor informacion sobre esta heroica venezolana te invitamos a ver su biografía. haz clic aqui

 

Leonor de la Guerra

Heroína de la Guerra de Independencia de Venezuela. Hija de Luis Beltrán de la Guerra y Vega y Guerra, regidor, procurador y depositario del Ayuntamiento de Cumaná. Desde muy joven Leonor sintió simpatías por la causa independentista. Si desea ampliar la información, haz clic aqui.

 

Cecilia Mujica

Cecilia Mujica conocida como "La Mártir de la Libertad" era hija de del realista Martin de Mujica de familia acomodada y prometida del joven español Henrique de Villalonga con quien compartía las mismas ideas revolucionarias
Muere su padre como una de las muchas víctimas del terremoto de 1812 y a partir de aquel momento Cecilia se convierte en una de las mas audaces propagandista de las ideas emancipadoras, encendidos boletines clandestinos son distribuidos por Cecilia en la ciudad de San Felipe
El gobernador de San Felipe el teniente realista Don José Millet hace levantar un cadalzo como contrapeso al decreto de guerra a muerte dictado por Bolívar en 1813 es justo en ese mismo año que es sentenciada de antemano a morir fusilada

 

Teresa Heredia

Teresa Heredia nace en la villa de Ospino en 1797 se casa a los 17 años a los 19 años fue procesada y declara bajo juramento ser católica apostólica y romana, viuda de Jose Antonio Aguero, isleño, de oficio costurera y dedicarse a enseñar a leer a niños de la comunidad
Sin embargo es vista como una de las rebeldes que conspira a favor de la emancipación es trasladada a Valencia donde el Gobernador Luis Dato la expone al escarnio público haciéndola caminar desnuda con un redoble de tambores bañada en miel y cubierta con plumas en la población de Barvula.
Su movilidad hacia lugares de conspiración la hacen sospechosa sufre cárcel en los calabozos de La Guaira y el fiscal Antonio Guzmán sin pruebas y con testigos comprados promueve su expatriación, el gobernador Maso ordena su expulsión a norteamericana por ser mujer peligrosa y rebelde, finalmente rehace su vida se casa nuevamente, tiene hijos y muere en Estados Unidos.

 

Luisa de Pacanins

Esta mujer de extraordinaria y delicada belleza nace en la Guaira en 1798 hija de Don Javier de Arrambide -acusado de asociarse a la conspiración de Gual y España- y Doña Petronila Roldan
En su residencia bajo el pretexto de fiestas, reuniones musicales, tertulias literarias y conversaciones intelectuales donde en alguna de ellas hicieron presencia Simón Bolívar y Tomas Montilla se organizan clandestinas organizaciones a favor de la emancipación y futuros planes a ejecutar de los patriotas.
Estos festejos culturales atraen el odio realista y Luisa Arrambide es condenada a ser azotada públicamente hasta perder el conocimiento en la plaza de San Juan (hoy plaza Capuchinos) se comenta que soportó el castigo sin derramar una lagrima
Luisa Arrambide se casa con Tomas Pacanins y emigra a Puerto Rico donde tuvo cinco hijos y muere a la edad de 28 años, en su lecho de muerte fue atendida personalmente por el doctor José María Vargas en el año de 1825

 

martes, 5 de febrero de 2013

Manuelita Sáenz

(Manuela Sáenz y Aizpuru o Sáenz de Thorne, también llamada Manuelita Sáenz; Quito, 1795 - Paita, Perú, 1859) Patriota ecuatoriana. Esposa del doctor J. Thorne (1817), se convirtió en la amante de Bolívar (1822), al que acompañó en todas sus campañas y al que, en una ocasión, salvó la vida (1828), lo que le valió el apelativo de Libertadora del libertador. Su presencia al lado del Libertador, durante los años cruciales de la gesta emancipadora, marcaría indeleblemente numerosos acontecimientos en los albores de la vida republicana. Siguió el curso cronológico de los principales sucesos políticos y militares de los que fue testigo o protagonista: el encuentro de Bolívar y San Martín en Guayaquil, las batallas de Pichincha y Ayacucho, el conflicto entre el Libertador y Santander, la rebelión de Córdova y la disolución de la Gran Colombia. A la muerte de Bolívar fue desterrada a Perú.
No ha sido fácil para la historia de la América independentista incluir en su nómina de próceres el nombre de Manuela Sáenz. Si su condición de mujer ya lo hacía difícil, su estatus de amante del Libertador complicaba aún más las cosas. La historiografía del siglo XIX, temiendo por la memoria del "más grande hombre de América", se encargaría de omitir la presencia de esta mujer en su círculo. Con todo y con ello, las anécdotas se dieron a conocer, y la misma historia se vio en la necesidad de otorgarle a Manuela Sáenz la categoría de heroína.
Nació en 1795 en Quito, ciudad por entonces de aires afrancesados, en la que los grandes salones que acogían a la aristocracia marchaban al ritmo de una concepción laxa de la moral y de las distracciones entre criollos y españoles, que pronto se convertirían en una sangrienta guerra entre patriotas y realistas. Era hija natural de Simón Sáenz, comerciante español y realista, y de María Joaquina de Aizpuru, bella mujer hija de españoles de linaje, quien en el futuro tomaría partido por los rebeldes.
Desde muy joven entró en contacto con una serie de acontecimientos que animarían su interés por la política. En 1809 la aristocracia criolla ya se hallaba conspirando contra el poder de los hispanos, y a partir de entonces comenzaron a sucederse un conjunto de revueltas sangrientas. Quizá las circunstancias familiares llevaron a Manuela a optar por los revolucionarios: presenciaba desfiles de prisioneros desde la ventana de su casa, y se maravillaba de las hazañas de doña Manuela Cañizares, a quien tuvo por heroína al enterarse de que los conspiradores se reunían clandestinamente en su casa.
Por causa de las propias revueltas, sin embargo, se ausentó de la ciudad para refugiarse junto a su madre en la hacienda de Catahuango. Allí se convirtió en una excelente amazona, mientras su madre le enseñaba a comportarse en sociedad y a manejar las artes del buen vestir, el bordado y la repostería. Tiempo después ambas regresaron a Quito, y la madre decidió internarla en el convento de monjas de Santa Catalina; tenía entonces diecisiete años.
La fascinación de Manuela por la vida pública y su ímpetu rebelde la harían abandonar prontamente la clausura del convento. Aprendió a leer y a escribir, virtudes éstas que le permitieron iniciar una relación epistolar con su futuro amante: Fausto Delhuyar, un coronel del ejército del rey. Con él se fugó para descubrir más tarde el infortunio de su infertilidad, y la desgracia de estar al lado de un charlatán. Las habladurías del amante le significaron la obligación de contraer matrimonio con James Thorne, un médico de cuarenta años que comerciaba con su padre y al que nunca llegaría a amar.
Corría el año 1819 y Manuela deslumbraba en los grandes salones de Lima, junto a su amiga Rosita Campuzano. El resto de la América estaba convulsionada. Simón Bolívar ya había liberado el territorio de la Nueva Granada y se disponía a fundar en Angostura la Gran Colombia. Entrado el año de 1820, José de San Martín se encontraba de camino hacia Perú. Los limeños comenzaban a conspirar, y la Sáenz se convertía en una de las activistas principales. Las reuniones se realizaban en su casa y las disfrazaba de fiestas; actuaba de espía y pasaba información. Participó en las negociaciones con el batallón de Numancia, y en 1822, una vez liberado Perú, fue condecorada "Caballeresa del sol, al patriotismo de las más sensibles".
Con la excusa de acompañar a su padre, Manuelita marchó hacia Quito. Colaboró activamente con las fuerzas libertadoras: llevaba y traía información, curaba a los enfermos y donaba víveres para los soldados. El 16 de junio de 1822, Simón Bolívar entró triunfalmente en la ciudad y, después de un cruce de miradas, fueron presentados en un baile en homenaje al Libertador.
A partir de entonces mantendrían una relación pasional. Los compromisos del Libertador no impedían los encuentros amorosos, y mientras duraba la ausencia, Manuelita participaba activamente en la consolidación de la independencia del Ecuador. Bolívar le regaló un uniforme, que ella utilizaba a la hora de sofocar algún levantamiento. La muerte de su padre la motivó a regresar a Lima. Fue nombrada por Bolívar miembro del Estado Mayor del Ejército Libertador; peleó junto a Antonio José de Sucre en Ayacucho, siendo la única mujer que pasaría a la historia como heroína de esta batalla. Una vez aprobada la Constitución para las nuevas naciones, marchó a Bogotá junto al Libertador.
Eran los tiempos del corto esplendor de la Gran Colombia. Manuelita militaba activamente en el partido bolivariano y se encargaba de llevar los archivos del Libertador. Durante el día vestía de soldado y, junto a sus fieles esclavas de siempre, se dedicaba a patrullar la zona. Cuidaba las espaldas de Bolívar. El 25 de septiembre de 1828, gracias a su intuición, lo salvó de un atentado dirigido por Francisco de Paula Santander, enfrentándose a los conspiradores mientras su protegido huía descolgándose por una ventana; a raíz de este acontecimiento Bolívar, de regreso a palacio, le dijo: "Eres la Libertadora del Libertador". Solía organizar en su casa representaciones en las que era habitual la burla hacia los enemigos del Libertador; la "quema de Santander" era una de las actuaciones preferidas. Los amores eran nocturnos y se prolongarían hasta la huida de Bolívar a Santa Marta en 1830.
Siete meses más tarde, al conocer la muerte de su amado por medio de una carta de Peroux de Lacroix, decidió suicidarse. Se dirigió a Guaduas, donde se hizo morder por una víbora, y fue salvada por los habitantes del lugar. Antes de la muerte del Libertador se levantó una ola de calumnias en su contra por parte de Santander, y Manuela decidió escribir, como forma de protesta, La Torre de Babel (julio de 1830), motivo por el cual se le emitió una orden de prisión. Seguidamente, tuvo lugar la persecución de los colaboradores de Bolívar, que la consideraban peligrosa. Así, el 1 de enero de 1834, le ordenaron que abandonara la nación en un plazo de trece días. Mientras tanto, fue encerrada en la cárcel de mujeres y conducida en silla de manos hasta Funza, y de allí, a caballo, hasta el puerto de Cartagena con destino a Jamaica.
Manuela volvió al Ecuador en 1835. El presidente Vicente Rocafuerte, ante la noticia de su llegada, determinó su salida del país. Esto le llevó al destierro. Se radicó en el puerto de Paita, donde subsistió elaborando dulces, tejidos y bordados para la venta, ya que las rentas por el arrendamiento de su hacienda de Catahuango, en Quito, no le eran enviadas. En la puerta de su casa se podía leer English Spoken; era querida por la gente del pueblo y bautizaba niños, con la condición de que se llamaran Simón o Simona. Fue visitada por muchos hombres importantes, entre los que figuraron Simón Rodríguez, Hermann Melville y Giuseppe Garibaldi. Uno de los visitantes del lugar trajo consigo la difteria, enfermedad que contrajo Manuelita y de la que murió, ya pobre e inválida, a los 59 años de vida.